Descripción
Aparte de plantear el sucesivo expolio a que fue sometida la ciudadela inca desde 1867 por el alemán Berns, por los cusqueños Agustín Lizárraga y Melchor Arteaga y, finalmente, por el explorador y profesor de Historia Hiram Bingham, quiere dejar en claro que no fue Bingham quien descubrió el fascinante monumento arqueológico. Hay algo muy importante: la participación indígena a lo largo del libro. Personajes como el chamán, Imicha la bruja buena, Sebastián y Paloma, le otorgan un excelente e inquietante perfil de lo real maravilloso a sus páginas. El autor demuestra conocer bien el panteón mágico del mundo andino y la idiosincrasia de los indios peruanos que no permanecen inactivos frente al saqueo y propician una sangrienta protesta en el puerto de Mollendo que la historia oficial ignora, pero no callan los periódicos de la época.
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