Descripción
«Este es un libro que nunca fue planificado. En ese sentido, es muy peruano. Contiene artículos que estaban dispersos pero una vez reunidos revelaron una tenue virtud: juntos componen un relato, una historia, un testimonio sobre los años vividos en continuo desastre nacional. Reunidos también parecen encender una pequeña luz para alumbrar la falta de memoria que tanto aqueja a los peruanos. Están escritos con el estado de ánimo de momentos puntuales en estos años calamitosos. Diré que su materia proviene de un corazón (y un teclado) cargado de furias y penas. El título habla de una tragedia peruana. Sin duda, muchos no estarán de acuerdo con la palabra tragedia y es otro signo de peruanidad: no admitir lo que ocurre por la antigua creencia de que Dios es peruano y vendrá al rescate. Lástima que la realidad no tiene dioses. Y, por eso, mejor recurrir a la sensatez para entender que cuando un país es destruido por bandas de aventureros disfrazados de políticos, estamos ante una tragedia: más atraso, más pobreza, más desconcierto y el futuro convertido en una incógnita. A pesar de lo dicho, los textos de este libro contienen una esperanza. Si aprendemos a decir las cosas tal cual son, los impostores quedarán al descubierto y habremos de recuperar la capacidad de ser verdaderos ciudadanos».
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