Descripción
Después de leer este libro ya no podremos leer de la misma manera las historias de príncipes y princesas. Y eso que aquí no se habla ni de príncipes ni de princesas, sino de las desigualdades económicas que marcan la vida de la gente.
Cuando se publicó por primera vez este libro, a finales de los años setenta, muchas personas pensaban que las diferencias entre ricos y pobres se reducirían y soñaban con un futuro igualitario.
Por el contrario, en los últimos años han aumentado esas diferencias. Hay quien posee coches exageradamente lujosos, yates del tamaño de una casa y casas que parecen palacios (¡y todo les parece pequeño!), mientras que otras muchas personas no disponen de una vivienda digna y sufren enormes apuros para salir adelante. ¿Qué piensan de todo esto nuestros jóvenes lectores?
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