Descripción
Un día llega al pueblo un eminente botánico alemán. La cercanía intelectual que sienten pronto evolucionará hacia algo mucho más profundo: un amor del que solo quedará como testigo el nombre de una pequeña flor silvestre, la Saxifraga alba. Su etimología procede del latín saxum («piedra») y frangere («romper, quebrar»), por su capacidad para romper las piedras con sus fuertes raíces. Igual que la protagonista.
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