Descripción
En esta novela laten la sensibilidad y la determinación con las que Elisa una joven cultora de la poesía y las artes marciales moldea su vida y sus sueños. Fabio Fabiani, un empresario mafioso que aspira a convertirse en artista visual de prestigio y quien vive prendado de Elisa, obliga a la joven a trabajar para él: ella debe hacer incursiones en las casas de los deudores para amedrentarlos, hacerles saber que con la organización no se juega. Elisa se torna, entonces, ave nocturna y, mediante estos servicios, pagará a Fabiani las deudas de su padre, un adicto al juego que lo ha perdido todo. En otra cuerda de la historia, el narrador es Tino, un taxista adicto al sexo de lo cual se ufana y a la psilocibina, sustancia que le permite tolerar las extenuantes rutinas diarias; cuando fallecen sus padres resuelve que su hermano Miguelito, quien ha quedado disminuido a consecuencia de un mal viaje, quede a cargo de unos tíos. A partir de entonces Miguelito empieza a hacer visitas a una casa abandonada, a la que el taxista llama la casa inconclusa. Acaso sea esta una metáfora del país que habitamos, la imagen de la ruina en que puede convertirse una sociedad. Mediante una narración que apela a lo sensorial, cuando no a lo onírico, Diego Otero nos ofrece una cala profunda en estos mundos estragados por las adicciones y la tiranía del más fuerte. Cuando las historias convergen no sabemos si alguien quedará en pie: Elisa o Fabiani, el taxista Miguelito. Tal vez ellos deban aceptar su destino, como lo hace la sabia inmutable Lin Yikan mentora de Elisa y maestra de un arte marcial innominado y clandestino, quien lo afronta todo con un tazón de té humeante entre las manos.
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