Descripción
Mario Vargas Llosa pertenece a esa estirpe de escritores que se hacreído siempre en la necesidad de emplearse en el combate cívico -opolítico, por usar un término desprestigiado-. Tomar partido aquí yahora, en la refriega intelectual terrenal, ha sido para él la mejormanera de apuntalar, o mantener vigentes, ciertos valores de lacivilización que de otro modo hubieran perdido un importante valedorfrente a la arremetida de los bárbaros.Este polemista arriesgado, que pone en juego su prestigio en defensa deunas ideas y de una manera de pensar, es a quien rinden homenaje losautores de estos textos, todos ellos dirigentes políticos en el pasado yen el presente. Es también la personificación de unas ideas liberalesque no nacen del fanatismo, igual que estos políticos convertidos enescritores no defienden un solo pensamiento dogmático.El liberalismo está presidido, o debería estarlo, por la constatación desir Isaiah Berlin de que no siempre los grandes ideales son compatiblesentre sí, al menos no en su expresión máxima, y de que por ello solo lahumildad, el respeto del otro y la autocrítica pueden llevarnos a encontrar fórmulas que nos permitan alcanzar el mayor grado de libertadposible sin desbordar el marco de la convivencia. Sirvan pues estostextos de testimonio de las palabras de Berlin y de sentido homenaje aMario Vargas Llosa.
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